Hace más de un siglo nacía un hombre que cambiaría la historia de la Patria. Un hombre que supo interpretar las necesidades y reclamos de la clase trabajadora y las masas populares, y la imperiosa necesidad de recuperar la soberanía política y la independencia económica, constituyendo así, bajo su liderazgo y con el espíritu revolucionario de Evita, el glorioso Movimiento Peronista. Un hombre que generó amores en las clases olvidadas por la historia y excluidas por la elite, y odios en el imperialismo explotador y su socia local, la oligarquía en todas sus versiones: militar, rural, eclesiástica, empresarial, industrial, mediática. Hoy los peronistas recordamos con alegría ese glorioso día en que, en homenaje a sus padres Juan Irineo Sosa y Dominga Dutey, doña Juana Sosa Toledo bautizó Juan Domingo a ese niño al que dio a luz el 8 de octubre de 1895. Según el propio General la verdadera fecha era el 7 de octubre de 1893 y su padre, Mario Tomás Perón, lo anotó tardíamente, como “hijo natural”, condición mal vista por la gente "decente" de la época. Habría nacido en Lobos o en Roque Sáenz Peña, según diferentes versiones. Son datos anecdóticos. Lo que se recuerda es el hecho del nacimiento, en un ámbito humilde y rural, del futuro General de la Patria y continuador de la línea libertadora y soberana de José de San Martín y Juan Manuel de Rosas, que hoy luchamos por retomar definitivamente.
Matías Sanchez. JP Evita La Matanza.
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