De aquellos días fatídicos de 2002, de lluvia de plomo homicida en el Puente Pueyrredón, a este 2012 de una justicia incompleta.
Donde el asesino, ex comisario de la policía bonaerense Fanchiotti, hoy goza de un beneficio que el régimen carcelario le otorgó y que no merece, comprueba que ciertos sectores de la justicia no están en sintonía con los aires que en la Patria se respiran desde aquel 25 de mayo de 2003 cuando el compañero Néstor Kirchner ingresó a la Casa Rosada junto a sus convicciones.
En estos diez años la Patria se ha transformado, y más allá de justicias incompletas que le otorgan beneficios a asesinos, tenemos más Patria.
Lo comprobamos con los genocidas en prisión, por ejemplo el emblema de la muerte – el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla – hoy pasa sus días en una cárcel común, está en manos del Estado – el 51 % de las acciones de parte de nuestros recursos – nada más y nada menos que YPF, también hoy existe una gran herramienta que la compañera Coraje ha instalado como es al AUH – asignación universal por hijo -, hay paritarias libres para los trabajadores que no se han interrumpido ni en 2008 cuando el mundo caía vertiginosamente como sucede hoy, se han protegido millones de empleos por medio de trabas a las importaciones, se ha iniciado lentamente otro cambio que afecta, generalmente, a sectores medios reaccionarios como es el tema de la llamada cultural del dólar, tenemos una ley de identidad de género, matrimonio igualitario y de medios audio visuales.
¿Alguno de nosotros pensaba o soñaba con una nueva ley de medios en aquel 2002 marcado por la muerte, el desempleo abismal y los sectores populares pidiendo comida?
La respuesta, estimo, es un contundente no.
En 2002 se exigía justicia, se exigía comida, se exigía trabajo – formal o informal –, hoy seguimos exigiendo más justicia, un claro ejemplo es que el homicida Fanchiotti no goce de beneficios, hoy exigimos comida, para que los grandes formadores de precios detengan el proceso inflacionario que afecta principalmente a los compatriotas que están en la economía informal y que no gozan de partirías y exigimos más trabajo, por supuesto formal, para que la brecha del trabajo informal baje a cero.
Hace diez años llorábamos a Kosteky y Santillán, hoy honramos sus vidas, que las dieron por una Patria más justa, libre y soberana, en un momento donde era injusta, sometida y avasallada.
Por la memoria de todos aquellos, como Maxi y Darío que hoy no están, son estas líneas.
Mauro Palazzo. JP Evita La Matanza.
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