Aquellos sueños de una Patria Grande comenzaron a tener forma en las extensas y agotadoras jornadas del cruce de los andes que el Padre de la Patria, Don José de San Martín, realizó a principios de 1817.
Honor, valor y convicciones fueron algunos de los ingredientes con los que San Martín contó a lo largo de vida y los mismos que le permitieron la gesta de los andes y armar un ejército libertador en 1816 para embestir a la fuerza realista que sostenía cierto equilibrio entre victorias y derrotas.
Esos sueños fueron cimentados por dos grandes frentes, donde las tropas del caudillo Güemes con la guerra de guerrillas avanzó y expulsó a los realistas en Salta y Jujuy más la que desde el desde el mar a cargo del irlandés Guillermo Brown y del francés Hipólito Bouchard atacaron y se apoderaron de puertos estratégicos diezmando a las tropas imperialistas y llevando nuestra bandera a varios países de centro América. No es casual que varios países centroamericanos tengan los colores de nuestra bandera en sus banderas, aquella gesta corsaria es la causalidad.
En noviembre de 1817 el ejército de San Martín al ganar la fundamental y basal batalla de Chacabuco que le permitió entrar a Santiago. En el mes de marzo de 1818 aquel ejército pierde en la batalla de Cancha Rayada pero el 5 de abril arrasa al vencer en la batalla de Maipú al ejército realista para darle la independencia a Chile.
Años más tarde en el histórico y crucial encuentro con Bolívar, en Guayaquil, trata el tema de la independencia de Perú y el futuro político de la patria grande que estaba en un proceso germinal.
Ya en 1824 el Padre de la Patria renuncia a sus cargos para exiliarse en Europa.
La historia de la Patria y de la Patria Grande cuenta con grandes hombres y mujeres que el exilio y el posterior tratamiento de la historia oficial trató de moldearlos como simples hombres que cumplieron ordenes, omitiendo con malicia el valor, los ideales y la convicción que aquellas luchas armadas fueron las herramientas primarias para liberar al continente del yugo español junto a la planificación de políticas contra las elites llenas de odio por medidas como la libertad de vientres y la prohibición del trabajo forzado al indio.
Seguimos honrando la memoria y el legado por medio de estas simples palabras a aquel hombre que sonó una Argentina grande.
Mauro Palazzo. JP Evita La Matanza.
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