En una
histórica jornada, este viernes 27 de abril, el Movimiento Evita, junto a La
Cámpora, la Corriente Nacional de la Militancia y otras organizaciones sociales
y políticas llenamos el estadio de Vélez con más de 140.000 compañeros y
compañeras venidos de todos los puntos del país.
En medio de una explosión de alegría, con los
bombos y las gargantas tronando, a las cinco de la tarde llegó Cristina al
estadio. Sus primeras palabras fueron para agradecer su presencia a todas las
organizaciones. Luego recordó que el acto había sido propuesto por el
Movimiento Evita y La Cámpora para el 11 de marzo, en conmemoración del
Camporazo, y que finalmente se definió hacerlo el 27 de abril, “cuando ni se
había pensado en ese momento en la derivación que tomaría la situación de YPF”.
A 9 años aquel 27 de abril de 2003 en el que
Néstor Kirchner, con el 22% de los votos, accediera a la presidencia de la
Nación, Cristina señaló que aquella legitimidad que no pudo obtenerse por medio
del ballotage, se construyó “a fuerza de políticas que fueron orientadas a
cambiar el destino histórico de la Argentina”. Aseguró que “nos sobraba coraje
para dar vuelta la taba de la Argentina: Quién podía imaginar aquel 25 de mayo
de 2003 que, aquel presidente que se comprometió ante los argentinos a no dejar
sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, iba a cumplir. Quién iba a
pensar que iba a sacarnos de la deuda y que los genocidas iban a ser juzgados
por las leyes de la constitución”, enumeró Cristina entre otros tantos logros
de la gestión del ex presidente.
La histórica decisión de recuperar YPF
también estuvo presente en el discurso y en las consignas que bajaron desde las
tribunas. Cristina agradeció a “todas las fuerzas políticas de la Argentina que
acompañaron al país, más allá de este gobierno, en la recuperación de YPF”,
porque “es de todos los argentinos y para todos los argentinos, y de bien
nacido agradecer a las fuerzas políticas”.
La invocación a la consigna “Unidos y
organizados”, bajo la cual se realizó el acto, atravesó el discurso de
principio a fin. Cristina convocó a trabajar “juntos, unidos y organizados,
para construir un país mejor” porque “cada vez que nos habían dividido y
enfrentado, sobre esos falsos enfrentamientos, lucraron unos pocos”. Señaló
también que la historia no se escribe en línea recta, sino que tiene marchas y
contramarchas, claro y oscuros.
Luego, dirigiéndose a la juventud que colmaba
las tribunas, los señaló como “los verdaderos custodios de este legado
histórico”, destacando que el máximo logro de su gestión y la de Néstor
Kirchner, fue “la incorporación de la juventud a la política” porque “lo que
hemos hecho es sembrar futuro”.
“No somos eternos, y ya comprobamos
drásticamente que la vida se extingue. Precisamente en la adolescencia y la
juventud se forman las ideas; y ustedes son los verdaderos custodios de este
proyecto. Tienen la suerte de vivir en una democracia plena y sé que la van a
defender con uñas y dientes”, enfatizó la presidenta dirigiéndose a los jóvenes
militantes, convocándolos también, “como generación del Bicentenario”, a “tomar
la posta y las banderas de 200 años de historia para que nuestras Malvinas
vuelvan a formar parte de nuestras instituciones, porque de nuestra historia y
geografía ya lo son”.
Finalizó llamando nuevamente a construir la
unidad para seguir transformando la Argentina, la unidad que le dé continuidad
histórica a este proceso iniciado en 2003: “Son ustedes los que tienen que
seguir escribiendo la historia, bajo el lema con que fue convocado este acto:
unidos y organizados para profundizar la transformación.(…) Yo siento que los
verdaderos custodios de este legado histórico, no somos los que estamos en este
escenario, que ya estamos viejos, muchos de nosotros, sino que son ustedes, que
no van a permitir jamás dar un paso atrás”.
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