Hoy
quisiera hacer memoria y recordar algunos años atrás, recordarme a mí mismo, a
mi barrio, mi colegio secundario y mi casa, las charlas en la mesa y la única
referencia de política que teníamos presente en el seno familiar, “el son todos
garcas”, la casa del gran cuñado, la fuga de De la Rúa, la represión constante
de Duhalde y ese grupo de guerrilleros que “amenazaba a la seguridad
institucional” y se hacía llamar “piqueteros”.
No
quisiera presenciar hoy un 25 de Mayo que no quiera ser festejado por problemas
presupuestarios o temor a la vergüenza pública por parte de mi líder.
No
quisiera presenciar hoy esos días en que los dirigentes que el pueblo no eligió
contestaban a las demandas de este con palos gases y balas de goma.
Somos
los hijos de una Argentina que sufrió, de una Argentina dividida y abandonada,
perdida en las rejas que el neoliberalismo plantó en cada casa, desarmada en la
educación la salud la solidaridad la fe y la esperanza.
Somos
los hijos de una argentina cansada de escuchar que el que no trabaja es porque
no quiere y de la culpa es de Perón que empezó
a regalarle cosas a estos negros.
Somos
los hijos de una Argentina hartada de la criminalización de la pobreza del
pisoteo de los derechos humanos y del desprecio por la diversidad.
Somos
los hijos y los testigos de una Argentina que castiga reprime y condena a sus
madres y abuelas y que defiende y estatiza los errores y las deudas.
Pero
también somos los hijos de una Argentina que dijo basta y que al sonido de las cacerolas
se plantó para hacerle frente a un modelo de hambre miseria y exclusión.
Somos
los hijos y los protagonistas de esa argentina del 22 por ciento que votó a un cuasi
desconocido de apellido raro porque era consciente de que enfrente estaba el
demonio y sus promesas de salvación enlazadas con el remate de lo poco que
entonces nos quedaba.
Somos
los hijos, los testigos, los protagonistas y los soldados de ese 27 de abril,
los hijos de la recuperación de los fondos del ANSeS, los hijos del museo de la
memoria de la verdad y justicia, de la asignación universal por hijo del
reclamo de Malvinas y las victorias de aerolíneas e YPF.
Somos
los soldados de aquel mártir que dijo basta en 2010 y que al morir dio
nacimiento a un movimiento y una lucha que brillará eternamente.
Hoy
somos más de cien mil los hijos, los nietos, los hermanos, los soldados, los
militantes, los argentinos y argentinas que vienen a darse cita para festejar y
apoyar el esfuerzo común, la lucha y la esperanza depositada en la valentía de
una mujer que tiene detrás la fuerza de todo un pueblo.
Hoy
somos un 54 porciento pero también somos 40 millones. Somos el pueblo que
quiere una vida digna, un techo para sus hijos y una sonrisa para sus vecinos
los que te apoyamos y te decimos llévanos a la victoria.
Hoy
y todos los días volvimos y volveremos y seremos cientos, miles y millones,
para acompañarte y seguirte en la conducción hacia una patria libre justa y
soberana.
Hoy,
en cancha de Vélez, mañana donde lo pidas cada día será, un día kirchnerista.
Maxi
López. JP Evita La Matanza.
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