Ya es ley en la
Patria la ley de identidad de
género.
Lo que permite ser identificado a cada individuo de acuerdo
con la vivencia y con los instrumentos que lo acrediten respecto a su nombre,
imagen y sexo.
Este paso grandioso y fundamental, cuyo paso anterior se
remonta a la reciente Ley del Matrimonio Igualitario, en estos días de sintonía
fina y al ser avalada por la totalidad de los Senadores presentes en la cámara aplicamos
la consigna que la compañera Coraje nos dejó el 27 de abril pasado Unidos y Organizados.
Con esta ley las personas mayores de 18 años podrán acceder a
modificar sus datos, nombre y sexo, en el Registro Civil, conservando su número
de documento, confirmando que aquellas personas que no encajan en sus cuerpos y
lleven otros nombres hoy de fantasía logren encajar en sus cuerpos, y a partir
de la aplicación, el nombre de fantasía elegido se convierta en el nombre real –
y nuevo - en el cuerpo elegido.
Nuevamente la política confirma que los grandes cambios históricos,
como esta ley, solo son posible gracias a una firme decisión y un Gobierno que
lleve como bandera la restitución de derechos.
Hoy como el día de la sanción de la Ley del Matrimonio
Igualitario reina un poco más el amor y la igualdad en la Patria.
Nuestra querida Patria es un lugar más habitable y más
querible, asumiendo, que queda mucho por recorrer y que ya nadie podrá
quitarnos estos derechos, como lo hemos padecido a fuerza de sangre y muerte,
al menos para los peronistas, desde 1955 con la fusiladora, desde 1976 con el
proceso de reorganización nacional y los noventa con el neoliberalismo más
brutal para volver en el 2003 junto a Néstor y Cristina.
La identidad de género es ley, desde hoy, en el pueblo reina
más – insisto – el amor y la igualdad.
Mauro Palazzo. Prensa. JP Evita.
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