lunes, 27 de diciembre de 2010

0 De la Noche Buena del 2000 al consumo.


A menos de un año que la Patria estallara en llamas en diciembre del 2001, los compañeros de la CGT Hugo Moyano y Julio Piumato junto al Padre Farinello, bajo la consigna “Por una Navidad solidaria” brindaban el 24 de diciembre en la Plaza de Mayo, reclamando un cambio de rumbo en la economía rehén de la convertibilidad, la destrucción de la industria y donde la exclusión social era la abanderada de aquel modelo.
Años más tarde, los festejos de fin de año del Pueblo se acentuaron en sus carencias, ni Navidad solidaria se festejaba luego del 2001, los ánimos de un pueblo abatido no lo permitían.
La Patria sumida en el Infierno, donde el desempleo y la desesperanza en ascenso iban de la mano de brutales represiones, el caso de la masacre de Avellaneda que se llevo las vidas de Kosteky y Santillán, eran moneda corriente.
Ya en 2004, se respiraban otros aires, algo alentadores y en solo seis años, hubo grandes cambios positivos.
Tan solo con tantear en los barrios donde militamos, ver y oler nuevamente los asados para estas fiestas donde antes había solo guisos, es un buen (y real) ejemplo. También volver a ver los puestos, negocios pequeños, en los barrios, con ventas y que permite, por ejemplo, que muchos pibes vuelvan a tener su regalo de Navidad, en referencia a clases populares.
En cambio en clases medias, medias altas y altas, este año donde el crecimiento roza los límites de la razón, un desmedido desenfreno hijo de la ostentación avanza hasta límites nunca vistos.
De aquellos días donde ciertas clases medias altas y altas ostentaban un desenfreno en los últimos días de la convertibilidad mientras la Patria quedaba huérfana de industrias junto a puestos genuinos de trabajo a estos días de la vuelta del consumo desenfrenado por algunos de los mismos que supieron sufrir la peor crisis; donde los que salieron del Infierno renuevan esperanzas y siguen sufriendo carencias donde el Estado no ha llegado.
De aquellos días inmersos en la tristeza a días, donde vuelven algunas alegrías, que un grupo de salvajes unitarios apadrinados y junto a medios de comunicación de poca fusta desean, trabajan y operan por volver a un Infierno peor al que vivimos por aquellos días posteriores al 20 de diciembre de 2001.

Mauro Palazzo (prensa) JP Evita La Matanza.

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