0 Parte 2 de 4. EVA PERÓN. LA REVOLUCIÓN TIENE NOMBRE DE MUJER.

EVA PERÓN.

LA REVOLUCIÓN TIENE NOMBRE DE MUJER.

7 DE MAYO DE 1919 - 26 DE JULIO DE 1952 - ETERNAMENTE EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO Y EN EL ALMA DE LA PATRIA.

PARTE II. SU OBRA.

Dispuesta a entregar su vida en su misión de “ayuda social” y no de “beneficencia” (como acostumbraban las señoras de la aristocracia), Evita comenzó a tomar protagonismo en el escenario de la política nacional, ya con Perón como Presidente y sus nacionalizaciones concretadas y el Plan Quinquenal en marcha. Inicialmente su actividad se dirigió a la defensa de los derechos y reclamos sindicales, hasta su gira del “Arco Iris” de 1947. En la misma, fue recibida con honores en la España en ruinas de Francisco Franco, país al cual el gobierno de la Nueva Argentina envió a través de la primera dama su ayuda humanitaria. Poco afecta a las ceremonias ostentosas, Evita demostró su predilección por los humildes al elegir recorrer a pie los barrios obreros españoles. Siguió por Italia, Francia, Portugal, Suiza, Brasil, Uruguay. Entre recibimientos multitudinarios y condecoraciones, y algún que otro incidente, la “esposa de Perón” ya empezaba a inquietar al imperio del norte y a la oligarquía local que, espantada, la llamaba “la Eva” y se ocupaba de calumniarla.

Su próximo gran paso fue un hito en la historia argentina: luego de numerosos proyectos presentados por los partidos socialistas, continuamente bloqueados por los gobiernos conservadores, el 9 de septiembre la iniciativa de Eva Perón se concretaba: el Voto Femenino se convertía en la ley 13.010 y Argentina daba otro paso enorme hacia la igualdad, dejando atrás perjuicios e ideas retrógradas de los sectores tradicionalmente más conservadores de la sociedad.

Pero Evita sabía que quedaba mucho por hacer. La más importante primera dama que tuvo la Argentina supo interpretar las necesidades de los sectores hasta entonces más desprotegidos de la sociedad: niños, mujeres y ancianos. Fue así que nació la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón. A partir de donaciones voluntarias y de los aportes retenidos a los trabajadores en los feriados del 1 de Mayo y el 17 de Octubre, se financió la institución que realizó la obra social más importante de la historia Argentina. Asesorada por expertos, se planificaron y construyeron hogares de ancianos y madres solteras, colonias de vacaciones, sociedades de fomento, "ciudades" de recreación infantil, competiciones deportivas, proveedurías de precios populares, hospitales, escuelas y hasta barrios enteros, como nuestra Ciudad Evita en La Matanza, además de repartos de medicamentos, ropa y alimentos en las zonas más carenciadas. Hasta los más humildes de la opulenta pero desigual potencia yanqui recibieron ayuda social de la Fundación.

Evita no sólo dirigía las acciones de la Fundación. También recibía diariamente a quienes precisaban de su ayuda, caso por caso. Era también la jefa de la rama femenina del Partido Peronista. Y se había convertido, por decisión de Perón, en su intérprete ante la Confederación General del Trabajo, la CGT que la había propuesto nada menos que como candidata a la vicepresidencia en 1951.

Todos estos motivos y muchos más, inspiraron el amor de millones de trabajadores, mujeres, niños y ancianos, y la admiración de todo el mundo, pero también el odio de las señoras de la clase alta, que veían como “los otros” contaban con la defensa y protección de esta mujer; de la Iglesia que se veía en ridículo ante la inmensidad de la obra social de la Fundación de esta verdadera Santa popular, y de aquellos sectores de la sociedad para quienes era (y aún hoy es) intolerable que una mujer, una actriz de segundo nivel, una “bastarda”, se convirtiera en la Abanderada de los Humildes y en líder revolucionaria de un movimiento que estaba marcando un quiebre irreversible en una historia hasta entonces dominada por ellos, que por intereses de clase, no querían renunciar a ser una colonia. Seguramente, como alguien dijo hace poco, todo le costó el doble por ser mujer, pero luchó e hizo historia.

Hoy está claro que su legado sigue vivo.

Matías Sánchez. JP Evita La Matanza.